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viernes, 13 de abril de 2012

Alcachofas como yo te diga

Décima de la alcachofa

Feliz cardo sin espinas,
alcachofa acorazada,
dulce, amarga, flor blindada,
que triunfas en la cocina.
Siendo a la vez dura y fina,
paradoja interesante,
eres excelente entrante,
y nunca resultas mal
junto al plato principal,
cuando vas de acompañante.



Un kilo de alcachofas
Un tomate maduro
Una cebolla
150 gr de bacon
Aceite de oliva virgen extra
Sal, pimienta, tomillo
Medio vasito de vino blanco

Se pone a calentar un poco de aceite en la olla a presión, solo el suficiente para cubrir el fondo, y se refríe en él el bacon cortado en tiritas.
Se pela la cebolla y se parte en gajos grandes, en cuatro u ocho trozos, y se echa a la olla para que se vaya rehogando. Se parte de la misma manera el tomate y se echa a la olla también.
Mientras se refríen la cebolla y el tomate, se pelan las alcachofas quitando muy bien todas las hojas duras y cortando las puntas. Según sean de grandes, se parten por la mitad o en cuatro gajos y se frotan con limón.
Añadir las alcachofas a la olla y rehogarlas junto con los demás ingredientes. Poner sal, pimienta y un poco de tomillo, sin pasarse, porque si no ocultará los demás sabores, y el vino. Tapar la olla y dejarlo hacer unos cinco minutos. Dejar que repose hasta que la olla pierda la presión y servir caliente.
Si se ve que se queda con demasiado líquido se deja reducir a fuego vivo con la olla destapada, vigilando para que no se queme.

6 comentarios:

  1. Esta la haré, me pirran las alcachofas.

    ¿Por qué feotarlas con limón?

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  2. Para que no se ennegrezcan. También es conevniente frotarse los dedos con limón después de manipular las alacachofas porque se ponen hechos un asco, ngros por el jugo de las susodichas.

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  3. Puedes sustituir el limón por perejil picado... Debe ser cosa de la vitamina C que evita la oxidación alcachofil sacrificándose ella misma. Y nada que yo sepa tiene más concetración de vitamina C que el perejil, por eso el hígado de los loros se resiente mortalmente. Todo lo expuesto son meras hipótesis, que conste.

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  4. Pues la próxima vez voy a echar una ramita de perejil en el agua de cocer las alcachofas, a ver qué pasa.

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  5. Es suficiente poner las alcachofas en agua que contendrá algo de perejil hecho trozos (no necesariamente picado) según se vayan cortando. Se conservarán blanquitas todo el tiempo. Luego, el perejil... haces lo que quieras con él.

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