Vistas de página en total

jueves, 21 de marzo de 2013

¿Qué ceno?



A veces, por la noche me encuentro cansada, con la nevera en las últimas y con muy pocas ganas de desordenar la cocina, pero tengo hambre y la idea de tirar del consabido yogur me parece muy poco atractiva.
Para cuando estéis en esas mismas circunstancias, os brindo cuatro  improvisaciones muy sencillas, que requieren, como mucho, 15 minutos. No son recetas para seguir al pie de la letra, solo os cuento lo que yo hago a veces con “desechos de tienta” que encuentro en la nevera. Pongo las cantidades para una persona, pero naturalmente se pueden multiplicar para dos o más. Es interesante usar la menor cantidad posible de cacharros, aunque por su sencillez estos platos requieren poco más de una sartén y un plato o ensaladera.

La berenjena olvidada

Una berenjena
Dos huevos
Aceite de oliva virgen extra
Sal

Partir la berenjena en rodajas de 1 cm de grueso, aproximadamente. Colocar las rodajas en un plato llano, rociarlas con unas gotas de aceite y meterlas en el microondas a máxima potencia durante unos 8 minutos.
Poner a calentar una sartén antiadherente (o que o se pegue), lo bastante amplia para que quepa toda la berenjena, con un poco de aceite, solo lo justo para que se engrase y asar las berenjenas, que ya estarán bastante tiernas por su paso por el microondas, hasta que estén tostadas y bien hechas por dentro. Pasarlas a un plato, ponerles sal (mejor en escamas, si se tiene a mano) y rociarlas con un chorrito de aceite. En la misma sartén, volver a poner unas gotas de aceite, cascar los huevos y cuajarlos a la plancha. Si se les quiere dar la vuelta hay que esperar un poco a que se hagan bien por debajo para que se despeguen fácilmente. Si se tapa la sartén no hace falta volverlos. Ponerlos en el plato junto a las berenjenas y comerlo antes de que se enfríe.

La última pechuga

Un filete de pechuga de pollo
Un limón
Un diente de ajo
Una cebolla
Aceite
Salsa de soja

Poner el filete en un plato y rociarlo con el zumo del limón y el ajo aplastado o picado. Mientras se macera unos minutos, picar la cebolla en tiras finas longitudinales y rehogarla con un poco de aceite hasta que esté blanda. Poner encima el pollo y dejar que se haga unos minutos por cada cara, añadir el limón en que se ha macerado y un chorro de salsa de soja y dejar que la salsa se reduzca un momento. No hace falta poner sal porque la salsa de soja ya es bastante salada. Servir inmediatamente.


Sobras en sobres
 
Un sobre de ensalada variada o la que se tenga,
Un paquete de gulas
Un diente de ajo
Sal, aceite y vinagre

Poner la ensalada en la ensaladera y aliñarla al gusto, aunque es mejor no echar demasiado vinagre.
Picar el ajo y refreírlo en una sartén con un poco de aceite. Añadir las gulas y rehogarlas rápidamente. Ponerlas sobre la ensalada, remover un poco y degustar el plato antes de que la ensalada se mustie demasiado.


Esos tomatitos tan monos

80-100 gr de pasta (por persona) de la clase que se tenga a mano
250 gr de tomates cherry
Un ajo
Una cebolleta o una cebolla pequeña
Aceite y sal
Queso parmesano o manchego recién rallado (opcional)


Poner a calentar el agua. Mientras, picar la cebolla y el ajo rehogarlos en una sartén con un poco de aceite de oliva. En cuanto hierva el agua, añadir la sal y echar la pasta. Agregar a la sartén los tomatitos partidos por la mitad y dejar que se hagan unos minutos, más o menos el tiempo que tarda la pasta en cocerse al dente. Escurrir la pasta y unirla a la salsa de tomate, dejando que se hagan juntas un instante.
Servir al momento, rallando el queso encima directamente, si es que se quiere poner.
Se pueden agregar a la salsa unas hojas de albahaca, si se tienen a mano, un toque de guindilla, pimienta, etc.









lunes, 11 de marzo de 2013

Conejo a la mostaza


Una manera de preparar el conejo tan sencilla como resultona.

Ingredientes

Un conejo de 1 kilo y medio, más o menos
Cuatro cucharadas generosas de mostaza fuerte
150 gr de crema de leche
Un vasito de vino blanco seco
Una ramita de tomillo fresco
Una cucharada de aceite
25 gr de mantequilla
Sal y pimienta

Usaremos el conejo entero, sin cabeza. Lavarlo, secarlo y sazonarlo con sal y pimienta. Calentar el horno a 215º C. Engrasar con aceite una fuente de horno y colocar en ella el conejo, concienzudamente untado con la mostaza, de manera que quede embadurnado por todas partes. Espolvorear por encima el tomillo desmenuzado y distribuir por toda la superficie la mantequilla partida en laminitas.
Meter el conejo en el horno y dejar que se haga 50 minutos, más o menos, regándolo con el jugo que suelta y el vino, que se añadirá cuando empiece a tostarse. Si se ve que queda un poco seco, añadir algo más de vino. En cuanto el conejo esté a punto, se pasa a una fuente de servir que tendremos caliente y lo reservamos al calor.
Se añade a la fuente del asado la crema y un poco más de mostaza, removiendo y rascando el fondo con una espátula para aprovechar todo el juego de la cocción. Pasar la salsa a un cazo y ponerla a hervir unos dos minutos para que se trabe. Bañar el conejo con la salsa y servirlo trinchado en doce trozos.

lunes, 4 de marzo de 2013

Pimientos rellenos de bacalao, una versión muy sencilla


Los pimientos del piquillo tienen mil versiones. Esta que os doy es muy sencilla y sabrosa.


250 gr de bacalao desmigado
Un envase de 500 gr de pimientos del piquillo
Un envase de 500 gr de tomate natural triturado
Una cebolla mediana
Un diente de ajo
Aceite de oliva virgen extra
Sal, pimienta
Un vasito de vino blanco, opcional


Se pone en remojo el bacalao 24 horas antes en agua fría y se cambia el agua un par de veces. Si se usa bacalao desmigado se hidratará y desalará antes. También se puede usar un trozo de bacalao del que se vende ya desalado.
Se pica fina la cebolla y se rehoga la mitad en una sartén con un poco de aceite, el resto se reserva. Cuando está bastante pochada se añade el ajo picado y uno de los pimientos del piquillo hecho trocitos; por último se añade el bacalao desmenuzado  y un poco más de aceite. Se baja el fuego y se mueve la sartén para que el bacalao suelte la gelatina y se emulsione con el aceite; normalmente no hace falta añadir sal, pero le va bien una vuelta de molinillo de pimienta. Cuando se vea que el bacalao está hecho y trabado, se pasa a otro recipiente. Mientras se enfría, se refríe en un poco de aceite el resto de la cebolla y cuando esté blandita se añade el tomate triturado, sal (poca) y media cucharadita de azúcar y se deja reducir al fuego hasta que quede bien concentrado.
Cuando se haya enfriado el relleno de bacalao se empiezan a rellenar los pimientos con ayuda de una cucharilla. Antes conviene escurrirlos bien del caldo que traen de la conserva.
Los pimientos ya rellenos se van poniendo en la salsa de tomate y se deja que den unos hervores. Si se quiere se puede añadir a la salsa un poco de vino blanco, para que quede un poco más líquida, pero siempre hay que dejarla reducir.
Se pueden tomar recién hechos, pero yo creo que ganan bastante si se dejan reposar unas horas o incluso de un día para otro.