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jueves, 19 de julio de 2012

Recuerdos de la infancia: huevos rellenos

Los huevos rellenos son un plato tan simple como gustoso. Son baratos, nutritivos, admiten todo tipo de variaciones y se pueden preparar con antelación, ¿qué más se puede pedir?
Cuando yo era niña, en mi casa se hacían muy a menudo, en dos versiones, fríos y calientes. Los primeros se hacían con mayonesa y los segundos con besamel.
Hoy comentaré la primera receta, y digo comentar porque me imagino que no hay nadie que desconozca esta preparación culinaria. Aunque nunca se sabe.

Necesitaremos:
Una docena de huevos
Una lata de atún en aceite o en escabeche.
Una lata de medio kilo de tomate natural triturado
Aceite de oliva de 0,4º
Sal
Unas gotas de zumo de limón

Freír en una sartén el tomate con un poco de aceite y sal, hasta que quede bien reducido.
Mientras tanto, cocer los huevos durante 10 minutos en agua con sal.
Refrescar y pelar los huevos. Hacer la mayonesa con una minipimer o similar del modo acostumbrado, usando un huevo, aceite, sal y limón. Si gusta, se le puede añadir media cucharadita de mostaza. También se puede utilizar mayonesa de bote, "rectificada". Para ello se pone más menos la mitad de un bote de mayonesa en un bol y se le añade un chorro de aceite de oliva virgen extra poco a poco, removiendo sin cesar. Así se aumenta el volumen de la mayonesa en conserva y mejora mucho el sabor. Se aliña con unas gotas de limón y mostaza, si se quiere, y queda casi como la mayonesa casera.
Se parten los huevos por la mitad y se sacan las yemas. La mitad o algo menos se añaden al tomate frito y las demás se reservan.
Se añade también el bonito, se desmenuza sobre el tomate y se mezcla todo bien, para obtener una pasta cremosa con la que se rellenan los medios huevos.
Se colocan en una fuente, con el relleno hacia abajo, se cubren con la mayonesa, que no debe ser excesiva para que el plato no resulte demasiado pesado.  Se decoran con las yemas, ralladas con un rallador fino, o pasadas por un chino o un colador, apretando con la mano del mortero, para obtener una especie de fideos amarillos que se espolvorean sobre la mayonesa, procurando que quede toda la superficie cubierta.
Se dejan reposar un rato en la nevera antes de servirlos. Un clásico como aperitivo o entrante que se puede variar tanto como dé de sí la imaginación.


2 comentarios:

  1. En mi casa también se hacía la versión de la besamel. Con su poquito de queso rallado por encima y al horno están exquisitos.
    Yo al relleno del huevo también le añado un poco de cebolla pochadita en el tomate.

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  2. Pienso hacerlos el sábado, a mi padre le encantaban.

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