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miércoles, 13 de junio de 2012

El gran invento de la sopa de ajo


Dicen que fue un gran invento
el de la sopa de ajo,
reconfortante alimento
que se hace sin gran trabajo.
Yo nunca la suelo hacer
porque detesto la sopa
y da igual, a mi entender,
comer mucha o comer poca.
Pero hay otros ciudadanos
que la toman con deleite,
no son raros ni marcianos,
yo conozco a más de veinte.
Para ellos la receta
en soneto he redactado,
si no la encuentran correcta
que busquen en otro lado.



Ajos de calidad seleccionada
consigue y llévalos a tu cocina,
pélalos y con diestras cuchilladas
pártelos en rodajas chiquitinas;
corta pan, ya sentado, en rebanadas,
procurando que salgan algo finas,
y refríe estas dos cosas mezcladas
en cazuela de barro genuina.
Añade pimentón, sal y remueve,
para que el guiso cobre rico aroma,
cubierto con buen caldo a fuego lento;
en tiempo sorprendentemente breve,
será merecedor de su diploma
este sabroso y pastoril invento.

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