A veces, por la noche me encuentro cansada, con la nevera en
las últimas y con muy pocas ganas de desordenar la cocina, pero tengo hambre y
la idea de tirar del consabido yogur me parece muy poco atractiva.
Para cuando estéis en esas mismas circunstancias, os
brindo cuatro improvisaciones muy
sencillas, que requieren, como mucho, 15 minutos. No son recetas para seguir al
pie de la letra, solo os cuento lo que yo hago a veces con “desechos de tienta”
que encuentro en la nevera. Pongo las cantidades para una persona, pero
naturalmente se pueden multiplicar para dos o más. Es interesante usar la menor
cantidad posible de cacharros, aunque por su sencillez estos platos requieren
poco más de una sartén y un plato o ensaladera.
La berenjena olvidada
Una berenjena
Aceite de oliva virgen extra
Sal
Partir la berenjena en rodajas de 1 cm de grueso,
aproximadamente. Colocar las rodajas en un plato llano, rociarlas con unas
gotas de aceite y meterlas en el microondas a máxima potencia durante unos 8
minutos.
Poner a calentar una sartén antiadherente (o que o se
pegue), lo bastante amplia para que quepa toda la berenjena, con un poco de
aceite, solo lo justo para que se engrase y asar las berenjenas, que ya estarán
bastante tiernas por su paso por el microondas, hasta que estén tostadas y bien
hechas por dentro. Pasarlas a un plato, ponerles sal (mejor en escamas, si se
tiene a mano) y rociarlas con un chorrito de aceite. En la misma sartén, volver
a poner unas gotas de aceite, cascar los huevos y cuajarlos a la plancha. Si se
les quiere dar la vuelta hay que esperar un poco a que se hagan bien por debajo
para que se despeguen fácilmente. Si se tapa la sartén no hace falta volverlos.
Ponerlos en el plato junto a las berenjenas y comerlo antes de que se enfríe.
La última pechuga
Un filete de pechuga de pollo
Un limón
Un diente de ajo
Una cebolla
Aceite
Salsa de soja
Poner el filete en un plato y rociarlo con el zumo del limón
y el ajo aplastado o picado. Mientras se macera unos minutos, picar la cebolla
en tiras finas longitudinales y rehogarla con un poco de aceite hasta que esté
blanda. Poner encima el pollo y dejar que se haga unos minutos por cada cara,
añadir el limón en que se ha macerado y un chorro de salsa de soja y dejar que
la salsa se reduzca un momento. No hace falta poner sal porque la salsa de soja
ya es bastante salada. Servir inmediatamente.
Sobras en sobres
Un sobre de ensalada variada o la que se tenga,
Un paquete de gulas
Un diente de ajo
Sal, aceite y vinagre
Poner la ensalada en la ensaladera y aliñarla al gusto,
aunque es mejor no echar demasiado vinagre.
Picar el ajo y refreírlo en una sartén con un poco de
aceite. Añadir las gulas y rehogarlas rápidamente. Ponerlas sobre la ensalada,
remover un poco y degustar el plato antes de que la ensalada se mustie
demasiado.
80-100 gr de pasta (por persona) de la clase que se tenga a
mano
250 gr de tomates cherry
Un ajo
Una cebolleta o una cebolla pequeña
Aceite y sal
Queso parmesano o manchego recién rallado (opcional)
Poner a calentar el agua. Mientras, picar la cebolla y el
ajo rehogarlos en una sartén con un poco de aceite de oliva. En cuanto hierva
el agua, añadir la sal y echar la pasta. Agregar a la sartén los tomatitos
partidos por la mitad y dejar que se hagan unos minutos, más o menos el tiempo
que tarda la pasta en cocerse al dente. Escurrir la pasta y unirla a la salsa
de tomate, dejando que se hagan juntas un instante.
Servir al momento, rallando el queso encima directamente, si
es que se quiere poner.
Se pueden agregar a la salsa unas hojas de albahaca, si se
tienen a mano, un toque de guindilla, pimienta, etc.