Unos carabineros
Pasta fresca, tipo spaghetti o tagliatelle
Un poco de aceite
Ajo y perejil
Esta receta es tan fácil y rápida que parece increíble lo
bien que sale. La única pega que tiene es que los carabineros suelen estar por
las nubes.
Según el tamaño, se calcula el número de carabineros por
comensal, que puede ir desde uno, si son grandes, a dos o tres, si son
medianos.
Conviene añadir uno más para incorporarlo a la salsa.
Poner el agua a calentar con un poco de sal. Mientras rompe
a hervir, poner una sarten o una plancha al fuego con un poco de aceite y asar
los carabineros, con cuidado de que no se pasen y poniéndoles sal.
Conviene tener el horno caliente para reservarlos al calor
hasta presentar el plato.
Pelar un carabinero, ya hecho, partirlo en trocitos y
reservarlo, junto con el jugo que suelte.
Picar el ajo y el perejil, poner al fuego una sarten o
cacerola honda con un poco de aceite, no demasiado, refreir en él el ajo y el
perejil y añadir los trozos de carabinero y el jugo.
Escurrir la pasta y rehogarla rápidamente en el sofrito. Poner
encima los carabineros reservados y sacar el plato a la mesa al momento.
También se pueden sacar los platos ya montados, con la pasta
y los carabineros encima, pero se corre el riesgo de que se enfríen.
Cada comensal debe pelar sobre la pasta su o sus carabineros
para aprevechar al máximo sus deliciosos jugos. Que cada uno se apañe como
pueda, seguro que nadie encuentra dificultad para saborear esta exquisitez.
Si por alguna remota casualidad sobrara algún carabinero,
están muy buenos fríos y pelados en canapés o sandwiches, un lujo.
¡Esa la caté! Es uno de los manjares que mejor recuerdo, junto a los filetitos de gallo, que me comí doscientos.
ResponderEliminar¡Qué entusiasmo!
ResponderEliminar